Agua potable y saneamiento en El Salvador

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El Salvador: Agua y Saneamiento
Bandera de El Salvador.
Datos
Cobertura del agua potable(definición amplia) 94% (2015)[1]
Cobertura del alcantarillado (definición amplia) 75% (2015)[1]
Continuidad de servicio(%) Baja
Uso de agua urbano promedio (litros/persona/día) 150
Tarifa de agua y alcantarillado urbano promedio (US$/20m3) US$4.20/mes
Porcentaje de usuarios con micromedición 90% (2013)[2]
Porcentaje de agua residual recogido y tratado 2%
Inversión anual en agua y saneamiento US$33m (2013) o US$5/capita
Fuentes de financiamiento para inversiones 85% externas, 15% internas
Instituciones
Descentralización a los municipios Limitada
Compañía nacional de agua y saneamiento ANDA
Regulador de agua y saneamiento Ninguna
Responsable para deseñar políticas Presidente de la República
Ley sectorial Ninguna
Número de proveedores de servicios urbanos 97
Número de proveedores de servicios rurales 800

El nivel de acceso a servicios de abastecimiento de agua y saneamiento en El Salvador ha sido aumentado de manera significativa. En 2015 un estudio de la Universidad de Carolina del Norte calificó El Salvador como el país que ha logrado el mayor avance en el mundo en términos de incremento de acceso a agua y saneamiento y en la disminución de la in-equidad en acceso entre áreas urbanas y áreas rurales.[3]​ Sin embargo, los recursos de agua están seriamente contaminados y una gran parte de las aguas residuales se descargan en el medio ambiente sin ningún tratamiento. En términos de institucionalidad, únicamente una institución pública está de facto a cargo de formular las políticas del sector y también de proveer el servicio. Durante los últimos 20 años, los intentos para reformar y modernizar el sector a través de propuestas para nuevas leyes no han logrado producir fruto.

Acceso[editar]

Urbano (67% de la población) Rural (33% de la población) Total
Agua Definición amplia 97% 87% 94%
Conexiones domiciliares 88% 59% 78%
Saneamiento Definición amplia 82% 60% 75%
Alcantarillado

Fuente: Programa de Monitoréo Conjunto OMS/UNICEF para Agua Potable y Saneamiento 2015[1]

El nivel de acceso a los servicios de agua y saneamiento en El Salvador continúa siendo bajo en comparación con los estándares regionales. En 2015, el acceso al agua potable y a un saneamiento adecuado alcanzó en 94 y 75 por ciento, respectivamente. Este nivel de acceso es más bajo en las áreas rurales, donde reside aproximadamente el 33 por ciento de la población. Para el agua potable representa el 87% y para el saneamiento adecuado el 60%.


Nota: se debe corregir el último censo existente del 2007, y utilizar el factor de corrección para obtener datos más reales, como el histórico definido:

Acceso de hogares a servicios básicos / Acceso a servicios de agua por cañería
Año -> 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009
% Nacional 75.6 74.9 75 75.5 78.2 78.3 71.4
% Urbano 90.2 91 90.4 90.5 90 89.9 83.1
% Rural 51.4 47.5 48.5 50 55.3 54.9 48.4

Fuente: Compendio Estadístico de Índice de Desarrollo Humano de El Salvador, PNUD UNDP 2009-2010[1]

Fuentes y uso de agua[editar]

El río Lempa es una de las fuentes de agua para San Salvador.

Las principales fuentes de agua potable en El Salvador son aguas subterráneas, fuentes y aguas superficiales como el río Lempa que abastece parte del Gran San Salvador. El uso de agua potable en áreas urbanas de El Salvador disminuyó entre 2007 y 2013 de 260 a 222 millones de metros cúbicos a pesar del crecimiento de la población. Basado en una población abastecida estimada a 4 millones de personas, el consumo era de 150 litros por persona por día en 2013. La producción de agua era mucho más alta que la facturación con una producción de 363 millones de metros cúbicos en 2013, lo que implica que casi 40% del agua era no contabilizada a causa de perdidas en la red de distribución, errores de medición y consumo ilícito.[4]

Impacto de la falta de acceso a los servicios de abastecimiento de agua y saneamiento sobre la productividad y la salud pública[editar]

Recolección de agua en un área rural de El Salvador.

La carencia de acceso al agua ejerce un impacto no sólo sobre la calidad de vida de los pobres, sino también sobre la productividad y la salud. Según una encuesta realizada en 2001 por la fundación salvadoreña FUSADES, los pobres rurales, en especial, dedican un porcentaje significativo de su tiempo productivo a la recolección de agua. Las familias que no cuentan con acceso a agua dedican, en promedio, el 8.5 por ciento de su tiempo productivo acarreando agua, mientras que aún aquellos con conexión domiciliaria dedican el 4.9 por ciento de su tiempo productivo esta tarea. Entre los pobres estructurales, los valores fueron mucho más altos, representando un 13.6 y un 7.1 por ciento, respectivamente.

La falta de acceso a servicios de agua y saneamiento en las zonas rurales ejerce efectos adversos demostrables sobre la mortalidad infantil y el crecimiento. La tasa de mortalidad infantil entre las familias que no tienen conexión domiciliaria es de 40 por cada 1,000 nacimientos, en comparación con 30 en las familias que sí cuentan con dicha conexión. De forma similar, la tasa de mortalidad infantil entre los hogares que no tienen letrinas es de 37, en comparación con 30 para los hogares que sí las tienen.

Calidad del servicio[editar]

En la mayoría de las zonas cubiertas por ANDA, el servicio de abastecimiento de agua es intermitente, variando entre 16 horas al día en algunas zonas, a menos de 4 horas al día e incluso a una vez cada cuatro días en otras, según lo revela la Encuesta Nacional de Salud Familiar (FESAL) realizada en 2002.[5]​ Sin embargo, casi todas las localidades parecen recibir agua al menos una vez al día. El cumplimiento de la calidad microbiológica del agua era 99.6% al nivel nacional en 2013 según ANDA.[6]

Recursos hídricos y contaminación del agua[editar]

Los recursos hídricos de El Salvador están severamente contaminados a causa, en parte, de la total ausencia de tratamiento municipal de las aguas residuales. Además, el país sufre escasez de agua durante la época seca y conflictos entre los usuarios. Se estima que el 90 % de los cuerpos superficiales de agua están contaminados. Casi toda el agua residual municipal (98 %) y el 90 % del agua residual industrial se descargan en los ríos y riachuelos sin ningún tratamiento. Se estima que los mayores esfuerzos de mitigación de la contaminación deberían realizarse en las cuencas del río Acelhuate y del río Sucio, una zona que produce un tercio del agua que abastece al Área Metropolitana de San Salvador. Durante los últimos 20 años, el rendimiento de una muestra de vertientes declinó en un 30 % debido a la deforestación. Esto ha reducido la disponibilidad de agua para la población rural obligándola, en algunos casos, a depender de pozos más costosos que bombean agua de acuíferos cuya tabla de agua ha declinado tanto como un metro por año en algunas localidades.

Responsabilidad por el abastecimiento de agua y el saneamiento[editar]

En El Salvador la misma institución, la Administración Nacional de Acueductos y Alcantarillados (ANDA), es el ente rector del sector y el principal proveedor de servicios urbano, mientras que no existe un ente regulador. No existe una separación de roles como en la mayoría de otros países de la región. Hay poca disponibilidad para darle prioridad al saneamiento en el ámbito nacional y existe un traslape de legislación, por lo que se tienen vacíos institucionales y no hay claridad de roles y competencias.[7]

Política[editar]

La responsabilidad para definir políticas en el sector recae en la Secretaría Técnica de la Presidencia de la República, con el respaldo técnico del ANDA. El Presidente de ANDA tiene el rango de un Ministro y entonces no es baja la autoridad de otro Ministro, pero del Presidente de la República. El Presidente de la Junta de Gobierno de ANDA es el presidente de ANDA mismo. Por fines presupuestarios el presupuesto de ANDA forma parte del presupuesto del Ministerio de Obras Públicas, pero este Ministerio tiene ningunas atribuciones en el sector de agua y saneamiento.

El Ministerio de Salud Pública es encargado de vigilar la calidad de agua potable y el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales es encargado de la administración de recursos hídricos. El Ministerio de Economía apruebe ajustes a las tarifas de agua.

No existe una política bien definida de agua y saneamiento en el país.

Prestación del servicio[editar]

Colonia Escalón en San Salvador.

La prestación de servicios de abastecimiento de agua y saneamiento en El Salvador es responsabilidad de un gran número de distintos proveedores de servicios. El proveedor dominante es la ANDA, la cual presta servicios al 40 por ciento de la población total salvadoreña en 149 de los 262 municipios de la nación.

Entre los demás proveedores de servicios se cuenta: las municipalidades, los proveedores de servicios descentralizados, los desarrolladores de proyectos de vivienda y las cooperativas rurales. Ochenta y tres municipios, en su mayoría pequeños, proporcionan los servicios directamente. Más de 13 proveedores de servicios descentralizados han suscrito contratos bajo los cuales ANDA les ha otorgado el derecho de gestionar sus servicios en forma autónoma. Más de 100 desarrolladores de proyectos de vivienda han tenido que construir sus propios sistemas autónomos de abastecimiento urbano de agua porque ANDA no ha podido conectarlos. Ahora operan esos sistemas por sí mismos o han delegado la prestación del servicio en asociaciones de usuarios. En las zonas rurales, el servicio es provisto por más de 800 organizaciones basadas en la comunidad, incluyendo Juntas de Agua y Asociaciones de Desarrollo Comunitario. Estas últimas dan servicio a aproximadamente 30 por ciento de la población.

Otras instituciones públicas[editar]

El Fondo de Inversión Social para el Desarrollo Local (FISDL), a través de la Red Solidaria, desempeña un papel importante para inversiones de agua y saneamiento en áreas rurales. Sin embargo, no presta asistencia técnica o capacitación a las Juntas de Agua para mejorar la sostenibilidad de los servicios.

El Instituto Salvadoreño de Desarrollo Municipal (ISDEM) fortalece a los municipios con asistencia técnica para modernizar su administración y promueve la descentralización.

Organizaciones no gubernamentales[editar]

La Red de Agua y Saneamiento de El Salvador (Red de Agua y Saneamiento de El Salvador RASES) constituye un foro para el intercambio de experiencias en el sector, especialmente en lo que concierne a las zonas rurales.

Historia del sector y acontecimientos recientes[editar]

Mapa de El Salvador.

Antes de 1961 los municipios brindaban servicios de agua potable en El Salvador. El sector fue centralizado en 1961 con la creación de ANDA, a la cual la gran mayoría de los municipios entregaron sus sistemas de agua. Durante la Guerra Civil de El Salvador (1980-1992) el sector sufrió de un descuido de la infraestructura, una pérdida de recursos humanos, un debilitamiento de las instituciones del sector, la destrucción física de infraestructura y de niveles de inversión bajos. Después del acuerdo de paz los niveles de inversión aumentaban, particularmente a través del Plan Nacional de Saneamiento Básico Rural (PLANSABAR), un programa ejecutado por el Ministerio de Salud y apoyado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Sin embargo, en 1996 el financiamiento del BID se agotó y el Ministerio de Salud se retiró del sector de agua y saneamiento, dejando las Juntas de Agua casi sin apoyo.

Desde hace 1995 han surgido diversas iniciativas para reformar el sector agua y para crear un nuevo marco legal. Las reformas previstas incluyeron la fijación de tarifas con base en la recuperación de costos, la creación de un ente regulador, y la introducción de la participación del sector privado, entre otros. El BID condicionó un largo préstamo de agua y saneamiento a la adopción de un paquete de leyes para encaminar estas reformas. Sin embargo, ni la administración de Armando Calderón Sol (1994-1999), ni la de Francisco Flores (1999-2004) o de Elías Antonio Saca (2004-2009) sometieron esta legislación a la Asamblea Legislativa. Sin embargo, en 1999 empezó una descentralización limitada con el apoyo de la CARE y de otros actores, transfiriendo la prestación de servicios en 12 pequeñas sistemas de agua del ANDA a cooperativas, empresas mixtas y a municipios. Los terremotos de 2001 causaron gran destrucción a lo largo y ancho del país. Después de los terremotos el BID desbloqueó su préstamo de agua para asistir a las víctimas del desastre.

En 2003 se descubrió un escándalo de corrupción involucrando el entonces Presidente de ANDA, Carlos Perla, varios miembros de su familia y altos funcionarios de la ANDA. Carlos Perla se refugió en Francia, pero fue extraditado en noviembre de 2006 y condenado en primera instancia a 15 años de cárcel en noviembre de 2007 para haber construido su casa con fondos de ANDA y para haber recibido sobornos de US$ 10,959. En un caso de soborno mucho más grande y de fecha anterior a 2000 involucró una empresa española que ganó un contrato de US$ 30 millones para la construcción de un acueducto para suministrar a San Salvador agua del río Lempa. Perla no fue juzgado para este delito porque las autoridades de Francia aceptaron extraditarlo, aún no habiendo convenio para ello, solamente bajo la condición de que solo fuera juzgado por los delitos cometidos después del 10 de noviembre de 2000.[8]

En octubre de 2009 hubo un aluvión de denuncias contra la ANDA a causa de un nuevo pliego tarifario que causó fuertes variaciones de tarifas cuando se superó un cierto nivel de consumo. Después de estas protestas el pliego tarifario ha sido cambiado en marzo de 2010 para introducir una nueva gradualidad y tarifas más bajas para muchos usuarios. Al principio de 2010 Marco Antonio Fortín ha sido nombrado como nuevo Presidente de ANDA.[9]

En su Plan Estratégico 2014-2019 ANDA se compromete a lograr 20 objetivos, entre ellos de conducir una campaña publicitaria para promover la aprobación de la Ley General de Agua, establecer un anteproyecto de ley del subsector de agua potable y saneamiento, analizar la estructura tarifaria vigente para generar una propuesta en 2015-2016, reducir su consumo de energía eléctrica en al menos 25% y reducir el de agua no facturada en San Salvador en un 5%.[10]

Aspectos financieros[editar]

Por razones políticas los ajustes de ANDA a las tarifas de agua han sido infrecuentes. Entre 1993 y 2014, éstas se ajustaron sólo tres veces, en 1994, en 2001 y en 2009/10. Los aumentos eran menos que la inflación. ANDA obtuvo un déficit en su resultado del ejercicio de 2013 de 35.6m USD, con ingresos de 131.3m USD (entre ellos 110.3m USD de venta de servicios) y 167m USD de costos, incluyendo gastos financieros y depreciación. ANDA tenía 4,000 empleados en 2013 y 787,000 conexiones.[11]​ Eso corresponde a más de 5 empleados por mil conexiones, lo que es un nivel más alto que empresas de agua eficientes que tienen menos de 3 empleados por mil conexiones.

Estructura y nivel de tarifas[editar]

Zonas urbanas. La tarifa da agua de ANDA es menor para clientes residenciales y mayor para clientes comerciales. La tarifa residencial es subsidiada para consumos de menos de 45 metros cúbicos por mes, mientras que hay une sobrecarga para consumos arriba de 60 metros cúbicos. Sin embargo, la gran mayoría de los consumidores consumen menos de 45 metros cúbicos (“el consumo de hasta 31 m³ es el 80.5% de la población),[9]​ lo que causa un déficit estructural en los ingresos de la empresa. Para un consumo de 50 metros cúbicos por mes un hogar paga 43 USD o 0.86 dólar por metro cúbico. Para un consumo de 20 metros cúbicos por mes un hogar paga 4.20 USD o 0.21 dólar por metro cúbico.[12]​ Estas tarifas están por debajo de las aplicadas en muchos otros países de América Latina. Las tarifas para el servicio de alcantarillado son aún más bajas que las tarifas de agua: Para un consumo de 10 metros cúbicos el servicio de alcantarillado es gratis y por un consumo de 20 metros cúbicos cuesta solamente 0.10 USD o medio centavo por metro cúbico. Por ende, se genera un subsidio a usuarios con conexión de alcantarillado, que suelen ser personas en mejor situación que los que no tienen alcantarillado.

Zonas rurales. Las tarifas que pagan los usuarios del agua en las zonas rurales sí permiten la recuperación de los costos financieros de operación puesto que no hay disponibilidad de subsidios directos. Estas tarifas suelen ser mucho más elevadas que las que pagan los clientes de ANDA. Algunos usuarios rurales de los sistemas de bombeo de agua reciben un subsidio a través del Fondo de Inversión Nacional en Electricidad y Telefonía (FINET), el cual subsidia las tarifas de electricidad.

Inversiones[editar]

En 2013 el nivel de inversión en agua y saneamiento en El Salvador era de 33 millones de dólares.[2]​ Los niveles de inversión entre 1995-2001 eran entre 20 y 40 millones de dólares al año, frente a necesidades de inversión anuales de entre 50 y 100 millones de dólares.

Financiamiento[editar]

La mayor fuente de financiamiento para inversiones (85%) era en el financiamiento externo con 28 millones, principalmente del BID y de la cooperación española. 4.6 millones de dólares han sido financiado por recursos propios del estado. En el período 1990-2002, solamente el 63 por ciento de las inversiones eran financiadas a través de préstamos y donaciones internacionales, el 21 por ciento mediante el autofinanciamiento de ANDA, 16 por ciento con recursos gubernamentales, y el 0 por ciento con financiamiento comercial. La situación financiera de los proveedores de servicio casi no permite la autofinanciación de las inversiones. El coeficiente de explotación de ANDA se acerca a 1, lo que indica que la empresa apenas cubre sus costos de operación y mantenimiento de rutina. La razón detrás de la reducción de la capacidad de autofinanciamiento es un incremento significativo en los costos unitarios de ANDA que van de US$0.21/m³ en 1994 a US$0.46/m³ en 2001, debido en parte al inicio de operaciones del sistema del río Lempa, altamente intensivo en cuanto a consumo de energía.

Referencias[editar]

  1. a b c d «El Salvador: estimates on the use of water sources and sanitation facilities (1980 - 2015)». WHO/UNICEF Joint Monitoring Programme (JMP) for Water Supply and Sanitation, Country Files. Archivado desde el original el 16 de febrero de 2008. Consultado el 18 de octubre de 2015. 
  2. a b ANDA. «Boletín Estadístico 2013 No. 35». Archivado desde el original el 5 de marzo de 2016. Consultado el 17 de octubre de 2015. 
  3. «The WASH Performance Index Report». The Water Institute, University of North Carolina. Consultado el 18 de octubre de 2015. 
  4. ANDA: Memoria de Labores 2013, p.24, 30 y 35
  5. «FESAL». Archivado desde el original el 18 de marzo de 2007. Consultado el 2 de abril de 2007. 
  6. ANDA: Memoria de Labores 2013, p. 24
  7. Latinosan 2007: Conferencia Latinoamericana de Saneamiento - Informe El Salvador
  8. El Faro
  9. a b «Nuevas tarifas en la facturación de agua». La Prensa Grafica. 17 de febrero de 2010. Archivado desde el original el 31 de octubre de 2015. Consultado el 19 de octubre de 2015. 
  10. ANDA: PLAN ESTRATEGICO INSTITUCIONAL 2014-2019 Archivado el 5 de octubre de 2015 en Wayback Machine., Febrero 2015
  11. ANDA: Memoria de Labores 2013, p. 48-50
  12. «PLIEGO TARIFARIO RESIDENCIAL. 10 de abril de 2015». ANDA. Archivado desde el original el 31 de octubre de 2015. Consultado el 18 de octubre de 2015. 

Fuentes[editar]

  • World Bank: Recent Economic Developments in Infrastructure, 2006, Water and Sanitation Chapter, p. 172ff. World Bank REDI(El presente artículo es un resumen de varias secciones del reporte)
  • Organización Mundial de Salud (OMS): Evaluación de los Servicios de Agua Potable y Saneamiento 2000 en las Américas El Salvador

Enlaces externos[editar]